Cuando el ritmo se quiebra: La estafa que sacudió a la comunidad de baile en Pereira

Por una comunidad más fuerte y unida | Blog medallobaila.com

El sueño roto de Elite Festival: Una historia que necesita ser contada

Esta es la historia de Daniel, un profesional de salsa y bachata, y decenas de artistas como Jorge el bomba, Gero y Migle que vieron sus sueños convertirse en pesadilla durante el Elite Festival en Pereira, Colombia, un evento que prometía ser una celebración del talento latinoamericano pero terminó siendo una dolorosa lección sobre la vulnerabilidad de nuestra comunidad.

La red de mentiras que atrapó a grandes talentos

Lo que parecía un festival con potencial para posicionar a Pereira en el mapa mundial del baile, resultó ser un elaborado esquema de estafa. Daniel Maiorano, quien confió en el organizador Edgar Áñez(@soybachatafever) tras haber sido su alumno durante la pandemia, narra cómo este último tejió una compleja red de engaños:

"Edgar es una persona que ha logrado tejer una red de mentiras... organizando el evento ya dos años seguidos a pérdida", relata Daniel con evidente frustración. "¿Cómo tú, el viernes cuando empieza el evento, no sabes que no tienes $9,000 dólares para cubrir los gastos?"

La indignación en sus palabras refleja no sólo la pérdida económica, sino también el daño a un ecosistema cultural que muchos intentan profesionalizar con dedicación y cariño.

Más allá del dinero: El costo humano del engaño

Los números son alarmantes, pero detrás de cada cifra hay historias personales devastadoras. Artistas internacionales y nacionales que pagaron boletos aéreos y hospedajes con la promesa de un reembolso que nunca llegó, y talentos colombianos que vieron sus esperanzas desvanecerse.

"Hay personas en Latinoamérica que han vendido motos, que han vendido cosas para ayudar a este señor... y les ha pagado mal", explica Daniel, cuya voz se quiebra al narrar cómo incluso él mismo tuvo que dar dinero para apoyar la segunda edición de este evento el cual no tenia los fondos suficientes para pagarle a los artistas.

La desigualdad económica entre Europa y Latinoamérica hizo que el golpe fuera aún más duro para muchos de los afectados, convirtiendo lo que debía ser una oportunidad profesional en una crisis financiera personal.

La vulnerabilidad de una comunidad sin protección

Este incidente ha expuesto una realidad preocupante: la desprotección legal que enfrenta la comunidad artística de baile.

"Nos hace reflexionar en lo desprotegidos que estamos a nivel legal... no tenemos sindicato, y en el momento en que haces una denuncia, la policía no considera que sea relevante o importante", señala Daniel, evidenciando un problema estructural que trasciende este caso particular.

Sin contratos formales que respalden los acuerdos, muchos artistas quedaron sin herramientas para defenderse. Una lección dolorosa que Daniel no duda en compartir: "Tienen que tener un contrato de trabajo que les avale el trato que están cerrando con ese organizador."

Colombia: Un talento que merece mejor suerte

Es crucial destacar que esta situación no refleja la realidad de la comunidad de baile colombiana ni su profesionalismo. De hecho, Daniel enfatiza:

"Colombia no tiene absolutamente nada que ver en esto. Es simplemente el país donde, por desgracia, se realizó el festival... Hay eventos espectaculares y súper bien organizados. De hecho, el talento de Colombia fue lo que me llevó a mí a prestarle dinero a este señor."

Colombia sigue siendo un semillero de talentos extraordinarios y un mercado con potencial inmenso para la danza profesional. Esta historia no debe empañar la reputación de nuestros bailarines ni de los muchos organizadores honestos que trabajan incansablemente por elevar el nivel de los eventos de baile en el país.

De la crisis a la solidaridad: Una respuesta comunitaria

Frente a la adversidad, la comunidad ha respondido con acciones concretas. Los afectados están organizando un GoFundMe para ayudar primero a quienes enfrentan las situaciones más críticas, especialmente aquellos de países latinoamericanos.

Esta respuesta solidaria demuestra que, incluso en los momentos más oscuros, el espíritu de comunidad prevalece. Como dice Daniel, más allá de generar polémica, estas denuncias buscan "generar conciencia y que estas personas no vuelvan a trabajar, ya que hay que cuidar a las personas que entran a nuestra comunidad."

El camino hacia una comunidad más fuerte y protegida

Esta dolorosa experiencia nos deja lecciones invaluables:

  1. La necesidad de formalización: Contratos claros que protejan a todos los involucrados, incluso en eventos pequeños.
  2. Comunidad vigilante: Debemos cuidarnos mutuamente, compartiendo información sobre organizadores confiables y alertando sobre experiencias negativas.
  3. Organización colectiva: El llamado a crear sindicatos o asociaciones que defiendan los derechos de bailarines y artistas.
  4. Solidaridad en acción: Apoyar a quienes han sido afectados, demostrando que el baile es mucho más que competencia; es familia.

Un llamado a la acción

El baile en Colombia es resiliente. Cada paso, cada gota de sudor en los ensayos, cada presentación que emociona al público, nos recuerda por qué amamos esta expresión artística.

No permitamos que experiencias como esta nos detengan. Por el contrario, que nos impulsen a crear una comunidad más fuerte, más unida y mejor protegida.

Si eres bailarín, organizador, maestro o simplemente amante de la danza, este es el momento de alzar tu voz, de tender tu mano a quienes lo necesitan y de contribuir a construir un ecosistema donde el arte pueda florecer con dignidad y respeto.

El ritmo de nuestra pasión es más fuerte que cualquier obstáculo. ¡Sigamos bailando, Colombia! Pero hagámoslo con la seguridad de una comunidad que se protege, se respeta y se eleva mutuamente.

testimonio de jhoan

testimonio mateo

Quieres ver el video Daniel Maiorano? Link